Claves para un Matrimonio Feliz - Tercera Parte



Mantengan el círculo del hogar estrechamente cerrado.

"No cometerás adulterio" (Exodo 20:4). "El corazón de su marido está en ella confiado... Le da ella bien y no mal todos los días de su vida” (Proverbios 31:11, 12). "Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal" (Malaquías 2:14). "Que te guarden de la mala mujer... No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos. ¿Tomará el hombre fuego en su seno, sin que sus vestidos ardan? Así, el que se llega a la mujer de su prójimo; no quedará impune" (Proverbios 6:24-29).

Respuesta:   ¡Las intimidades del matrimonio no deben compartirse con otros! Resuelvan sus problemas familiares privadamente. Ningún otro (excepto su ministro o un consejero familiar cristiano de confianza) debe jamás verse envuelto en estos problemas de índole íntima y personal. Deben ser veraces el uno con el otro siempre y nunca guardarse secretos. No hagan ninguna broma a expensas de los sentimientos del otro cónyuge. Defienda el uno al otro y excluya estrictamente a todos los posibles entrometidos. Y con respecto al adulterio (a pesar de lo que algunos consejeros matrimoniales digan) siempre lo dañará a Ud. y a todos los demás implicados. Dios, que conoce nuestra mente, cuerpo y estructura emocional, dice: "No cometerás adulterio". Y cuando él prohibe algo, es mejor que obedezcamos. Los que insisten en ignorar este mandamiento recibirán el castigo reservado para los desobedientes. De manera que si Ud. ha empezado a cortejar indebidamente a alguien, es mejor que ponga punto final a esto de inmediato, o de otra manera se asentarán sobre su vida sombras que no podrán disiparse.

Dios describe lo que es el amor: esfuércense todos los días por lograr esa norma.

"El que tiene amor, tiene paciencia es bondadoso y no envidioso no es presumido ni orgulloso. No es grosero ni egoísta no se enoja ni es rencoroso.

No se alegra del pecado de otros, sino de la verdad. Todo lo soporta con confianza, esperanza y paciencia" (1 Corintios 13:4-7, Versión Dios llega al hombre).

Respuesta:   Vuelva a leer cuidadosamente este pasaje bíblico. Es la descripción que Dios hace del verdadero amor. ¿Cómo se compara la calidad de su amor con esta norma? El amor no es un impulso sentimental sino un principio santo que abarca toda la vida. Su matrimonio no puede fracasar si predomina en él el verdadero amor. Sin él, no podrá triunfar.

Recuerden que la crítica y los rezongos destruyen el amor.

"Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas" (Colosenses 3:19). "Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda" (Proverbios 21:19). "Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa, son semejantes" (Proverbios 27:15). "Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga [una tabla entera] que está en tu propio ojo?" (Mateo 7:3). "El amor busca una forma de ser constructivo" (1 Corintios 13:4-7, edición inglesa de Phillips).

Respuesta:   Dejen de criticar y de rezongar. Dejen de encontrar faltas. No esperen perfección, o de otra manera resultará amargura. Pasen por alto las faltas y busquen las cosas buenas. No traten de reformar, controlar o forzar al cónyuge, pues destruirán su amor. Sólo lo bueno puede cambiar a la gente. Un sentido del humor, un corazón alegre, la bondad, la paciencia y el afecto eliminarán las dos terceras partes de los problemas de su matrimonio. Trate de hacer a su cónyuge feliz en vez de querer hacerlo bueno. El secreto de un matrimonio de éxito no radica en tener el cónyuge apropiado, sino en ser uno mismo el cónyuge apropiado.

No se excedan en nada: sean temperantes

"Todo aquel que lucha [el atleta] de todo se abstiene (es temperante)" (1 Corintios 9:25). "El amor... no persigue ventajas egoístas" (1 Corintios 13:5,). "Si pues coméis, o bebéis, o hacéis otras cosas, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31). "Hiero mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre [tengo dominio propio]" (1 Corintios 9:27). "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma" (2 Tesalonicenses 3:10). "Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla" (Hebreos 13:4). "No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias: ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad" (Romanos 6:12-13).

Respuesta:   Los excesos pueden arruinar su matrimonio. Así también la falta de entusiasmo. El trabajo, el amor, el descanso, el ejercicio, el juego, los cultos, las comidas y las relaciones sociales deben ser cuidadosamente equilibrados en su matrimonio, o de otra manera éste irá mal. El exceso de trabajo y la falta de sueño, así como la carencia del debido ejercicio y el debido alimento, hacen que la persona se vuelva criticona, intolerante y negativa. El comer en exceso constantemente es un gran mal que fortalece la naturaleza animal y amortigua la conciencia.

Los abusos sexuales destruyen el amor por las cosas santas y debilitan la vitalidad. El matrimonio no es una licencia para excederse en las prácticas sexuales. Los actos degradantes, las desviaciones o la intemperancia destruyen el amor y el respeto mutuo que los cónyuges se deben. Una vida sexual temperante es lo que la Biblia recomienda (1 Corintios 7:3-7). Las relaciones sociales con los demás son absolutamente esenciales. La verdadera felicidad no puede hallarse en el aislamiento. Deben aprender a reír y disfrutar en forma sana de los momentos agradables. El ser excesivamente serios es peligroso. El hacer las cosas con exceso o sin entusiasmo, debilita la mente, el cuerpo y la conciencia, así como la capacidad de amarse y respetarse mutuamente. No permita que la intemperancia eche a perder su matrimonio.




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