Por más que te duela, permite que tu hijo llore, que afronte la realidad del momento, que exprese libremente su dolor. Escúchalo y comparte con él tus experiencias de vida. Déjale claro que es normal que todos experimentemos decepciones por el amor, que el tiempo sana las heridas y que algún día encontrará a la persona que lo valorará y amará con sinceridad y compromiso.
Mantén su mente ocupada
Un antídoto para no pensar en esas cosas negativas y dolorosas que acarrea una decepción en el amor juvenil, es desarrollar cualquier actividad física, artística o cultural que a tu hijo le agrade; de este modo podrá externar sus emociones. Por nada del mundo dejes que se la pase encerrado en su cuarto, se deprima o que se sienta solo y abandonado.
Que expanda sus círculos
Si se mantiene triste o desmotivado aún con tu apoyo, sugiérele experimentar cosas nuevas: hacer un viaje, ir a un concierto, pintar o leer, aunque no haya antes procurado estas actividades; algo que le ayude a ampliar sus círculos sociales (como escalar paredes, entrar a un gimnasio, patinar, integrarse a un coro o grupo musical): verás que su energía negativa desaparecerá y se rodeará de gente que lo aprecie y le brinde cariño y comprensión.
Quiero pensar que todas las personas tenemos alguna meta en la vida, pero cuando se trata de un joven decepcionado por el amor, esto es difícil, porque a esa edad se cree que ya no hay nada nuevo que lograr. Impulsa a tu hijo a que conciba nuevos sueños y ayúdalo a conquistarlos, oriéntalo para que con tu amor y apoyo lo logre.
Si uno es pesimista, puede pensar que toda experiencia amorosa que no tiene un final feliz deja una cicatriz en el corazón y en nuestra memoria. La cierto es que esas experiencias también nos dejan muchas enseñanzas que nos hacen crecer y nos hacen encontrar la madurez. Sí, todas esas cos